jueves, 18 de septiembre de 2008

Gloria a Edson Ruiz

El sábado combatiendo contra quienes pretenden obstaculizar el progreso cruceño, cayo valientemente defendiendo a su pueblo, el camarada unionista Edson Ruiz.
Digno hijo de esta tierra, no dudó en enfrentar en condiciones adversas al enemigo que pretendía asolar su pueblo, cayo como un héroe, luchando por el bienestar de su tierra y de sus ciudadanos.
Y si caemos luchando por nuestra tierra, esta nos ha de volver a parir para que sigamos luchando por ella. Confiamos en eso pues nuestro nombre evoca al resucitado.
Su sacrificio y entrega por el ideal de la patria cruceña, no sera olvidado por quienes tuvimos la gracia de compartir momentos a su lado, y servirá de ejemplo a las nuevas y venideras generaciones.
Paz en tu tumba Edson.

El Escudo Cruceño




El 7 de noviembre de 1636, mediante cédula Real dictada en Madrid, fue concedido a la ciudad de Santa Cruz un Escudo de Armas, por la católica Majestad de Felipe IV, Rey de España. El documento entregado en la época que titula Santa Cruz de "Ilustre y Leal", fue recibido en Santa Cruz en el año 1638. El 23 de Abril de 1985, por Decreto Prefectural se declara al Escudo cruceño símbolo departamental.

Dice el historiador Hernando Sanabria que "como para dar pábulo a la altanería y arrogancia de sus gentes, el rey Felipe concedió a la ciudad el título de 'Muy Noble y muy Leal' juntamente con su escudo de armas propio, por cédula real dictada en la villa y corte de Madrid, el 7 de noviembre de 1636".
Dicho escudo tiene como elemento central es una gran cruz potenzada.
En el escudo de Santa Cruz figuran los siguientes emblemas:

El castillo y el león, signos de la monarquía española; la corona ducal, que otorga a la ciudad un elevado rango; la cruz central, símbolo de la religión cristiana; otras dos cruces más pequeños, casa superpuestas, que simbolizan la fusión de Santa Cruz de la Sierra y San Lorenzo el Real; las palmeras y el árbol ventrudo llamado toborochi, que puede considerarse como un símbolo de la hospitalidad de sus habitantes, pues los indígenas solían refugiarse en los troncos huecos de los toborochis.

En Bolivia, sólo las ciudades de Chuquisaca y Potosí tienen escudos superiores al de Santa Cruz. El escudo de La Paz remata con un casco de caballero, y el de Cochabamba no fué otorgado por el Rey, sino por su fundador, el Marqués de Toledo, Virrey del Perú, quien le dio las armas de su casa de Oropeza.

Las otras ciudades de Bolivia no tienen escudos del tiempo de la colonia.

Himno Cruceño de Guerra

A las armas valientes cruceños
Al combate entusiastas volad;
Que es temible el soldado que invoca
Libertad, libertad, libertad.

Una voz clamorosa ya os llama,
De su entusiasmo en fuego encended;
En la voz de la patria oprimida
Que a las armas, os dice: corred.

Como libres, marchad, al combate
Que allí crece del héroe el laurel;
Como crece la esbelta palmera
Del Oriente, en el vasto vergel.

Nuestros lares y campos guardemos,
Que un tirano insultó sin razón;
Por sus fueros, sin treguas luchemos
Y expiremos al pie del cañón

Que morir por la patria es glorioso
Y es infame no alzarse a su voz.
Pues, quien sale, por ella, en defensa,
Es su acero invencible y atroz

Si marcháis animosos y bravos
Del cañón, al estruendo marcial,
Vuestros hijos y esposas queridas,
Tejerán la corona triunfal.

Tristán Roca (1865)

El Himno Cruceño que cantamos ganó la legitimidad de la tradición. Sin embargo, no es el que ganó el concurso que se convocó para instaurarlo.

El ganador, la composición de César Manzoni, fue condenada al olvido.

El primer himno que se tiene referencias fue concebido por el Dr. Tristán Roca, poeta y político, que desempeñó funciones como prefecto del departamento de Santa Cruz, hasta la ascensión al poder de Mariano Melgarejo.

Roca se negó a entregar el gobierno prefectural y planteó una resistencia contra el gobierno melgarejista. En esta empresa fue necesario disponer de un incentivo que motive el espíritu patriótico local, para lo cual, compuso un himno llamando a la resistencia en defensa de la región.

Este himno, según referencias del historiador Hernando Sanabria Fernández, fue compuesto por Roca los primeros días del mes de enero de 1865, aunque afirma que no existen datos sobre un acompañamiento musical que permita entonar estos versos, inclinándose más a creer que constituyó una composición poética.

La letra del mencionado himno aparece en el periódico cruceño La Ley del 24 de septiembre de 1920 y a la letra dice...

Esta composición fue nuevamente recordada y abanderada durante la rebelión de "Los Domingos" el año 1891 en ocasión del movimiento regional federalista, dirigido por Domingo Ávila y Domingo Urdininea.

Su texto fue difundido hacia la población por la prensa que apoyaba la rebelión, a fin de motivar al pueblo a apoyar las acciones.

Podría afirmarse que permaneció vigente en el ambiente cruceño, recordado por algunos y no asumido por otros que no se identificaban con su contenido, hasta que en el año 1920 encuentra un acompañamiento melódico, en la composición que le dedicó el músico italiano residente en Santa Cruz Cesar Manzoni.

En el periódico cruceño “La Ley” del 7 de septiembre de 1920, aparece el siguiente texto que hace mención a la composición musical que recuperaba los textos de Roca: "El Sr. César Manzoni, infalible compositor musical, de conocido renombre, ha compuesto una pieza muy marcial y cadenciosa para el himno a Santa Cruz del Dr. Tristán Roca, la misma que sabemos se estrenará en las próximas fiestas septembrinas".

Es precisamente este año donde se levanta una serie de polémicas sobre el tipo de composición musical que debería representar al pueblo cruceño y la nota de prensa aparecida en el periódico La Ley del 7 de septiembre, sobre la composición Roca-Manzoni, sería la alerta que despertó todo tipo de reacciones y análisis sobre el tema.

La posición casi general de los líderes de opinión y autoridades cruceñas, respecto al himno del Dr. Roca, lo ubican como desactualizado y que no reflejaba el sentir y el ánimo social de aquella época. El periódico “El País” del 30 de noviembre de 1920, adopta la siguiente posición.

"La entusiasta composición del recordado señor Tristán Roca, titulada Himno Cruceño, es una marcha revolucionaria con que en la época de su redacción se pretendía levantar el espíritu popular para una acción de armas, acción localista que fracasó...

No hay que confundir el grito ¡a las armas! Por el himno a la Patria, elevado de honor y de anhelos de grandeza con la prosperidad de sus hijos y el arraigamiento de sus instituciones".
La composición Roca-Manzoni, dada a conocer en 1920, no constituyó el único himno interpretado en la época.

Doce años antes, el periódico "LA LEY" del 2 de septiembre de 1908, registra la presentación de un proyecto a consideración del H. Concejo Municipal donde se sugiere la realización de un certamen literario para establecer el himno cruceño en lo correspondiente a su composición poética (letra).Aunque la nota concluye con la certificación de que "El proyecto está en estudio y aún no se ha resuelto su aprobación definitiva"; y el material hemerográfico disponible de la fecha en cuestión no hacen referencias a la realización del certamen, la sospecha de su realización puede fundamentarse en el estreno el siguiente año (1909) del himno cruceño con letra del poeta cruceño Dr. Felipe Leonor Ribera quien presumiblemente habría sido reconocido con su composición literaria y coincidentemente con música del maestro César Manzoni.

El estreno de esta composición poética y musical, fue registrado por el periódico “La Abeja” (Diario Popular) del 28 de septiembre de 1909 en el que narraba: "En la madrugada del 24 los niños del Colegio fiscal, cantaron el Himno Cruceño, letra del Sr. Leonor Ribera y música del maestro Manzoni, que fue estrenada en la indicada mañana. La música merece mención.

Los niños acompañados de la banda del batallón, la ejecutaron correctamente bajo la dirección del señor Manzoni".

El concurso de himnos de 1908, también promovió otras composiciones, las que al no ser favorecidas buscaron su difusión en distintos medios de prensa para hacer partícipes a la población de sus inspirados versos, esto podría ser el caso del Himno Cruceño de autoría de Marceliano Montero, fechado el 24 de septiembre de 1909 y que fue publicado en el periódico "El Trabajo" de fecha 9 de octubre de 1909.

Regresando nuevamente a 1920, la composición de Manzoni, que intentaba revivir el himno de Tristán Roca, motiva al Municipio a tomar acciones referidas al tema e improvisar un concurso para el mismo año a fin de evitar la aceptación social de un himno cuya música no había sido aprobada oficialmente.

El periódico “La Ley” del 18 de septiembre de 1920 informaba: "Un número interesante de las fiestas septembrinas será el concurso público de himnos que se efectuará el día 23 por la tarde, un jurado ad hoc nombrado por la Municipalidad dictaminará cuál debe ser el himno que se debe adoptar definitivamente para Santa Cruz".

Este concurso tenía todas las características de improvisado, por las airadas reacciones de medios de prensa, donde se argumentaba una falta de visión y argumentos básicos para establecer los objetivos de la acción, los procedimientos, la publicidad de la convocatoria y sus términos, cuyas reacciones eran comprensibles ante un hecho que involucraba la identidad del pueblo cruceño.

En el momento de la reacción sobre el tema en cuestión, el Municipio al informar sobre la realización del concurso no dejaba claramente establecido si se trataba de un certamen donde se seleccionaría letra y música, y si así fuera el caso, se estaría desconociendo el resultado del concurso realizado en 1908.El periódico “El País” del 21 de noviembre de 1909 manifestaba, su oposición a la realización del evento en los siguientes términos: "Es preciso tener en consideración que Santa Cruz tiene adoptado su himno patriótico, por el común e implícito consenso de sus hijos.

Este himno es obra brillante del distinguido vate cruceño, que hace honor a las letras del Parnaso Nacional, el doctor F. Leonor Ribera".

Esta última nota hace referencia al consenso general en relación a la obra de Felipe Leonor Ribera y nos permitiría afirmar que dicha aceptación obedecía a los resultados del concurso de 1908 y el consecuente estreno en 1909.

Lo cierto es que la aclaración necesaria fue hecha por el Municipio, y se procedió a la realización del concurso de himnos donde los maestros de música con residencia en Santa Cruz, procedieron a musicalizar la composición poética del vate cruceño Felipe Leonor Ribera cuya inspiración estaba reflejada en los versos que hasta hoy se cantan.

El día programado para la realización del evento llegó y el Municipio se aprestó a anunciarlo a través de todos los medios de comunicación disponibles. El periódico “La Ley” del 24 de septiembre de 1920, hace referencias al programa de festejos de la efeméride cruceña y en la programación del día 23 de septiembre menciona que a las 8:00, se procedería a la "Colocación de la piedra fundamental donde debe levantarse el monumento al Coronel Warnes" y a las 8:30 "Concierto de diversos himnos cruceños ante juri nombrado al efecto".

La prensa cruceña documentó ampliamente la realización del evento, que concitó la atención de toda la población, donde resultó ganador del certamen el maestro italiano César Manzoni. En un artículo que aparece en el periódico "El País", del 30 de noviembre de 1920, ilustra la realización del evento en los siguientes términos: "Frente al Palacio de Gobierno se colocaron las varias bandas de música que dirigidas por los señores César Manzoni, Gastón Guilleaux y Luis Villarreal, habían tomado parte del concurso de himnos cruceños convocado en días anteriores ante el juri nombrado para el efecto.

El numeroso público que se había congregado en el Palacio de Gobierno les aplaudía frenéticamente. El juri se pronunció, después de haber escuchado el canto de cada uno de los himnos, por el del señor César Manzoni, acreditado compositor a quien felicitamos.

El doctor Ignacio Justiniano dirigió una breve alocución, en la que dio un voto de aplauso al patriotismo de los señores que habían tomado parte de este concurso". La prensa de la época deja claramente establecido el ganador del certamen para definir la música del Himno Cruceño, cuya opinión del jurado se inclinó hacia la composición del maestro italiano César Manzoni.

Inexplicablemente, publicaciones posteriores desconocen este certamen e ignoran la participación del músico Manzoni.

En una nota de prensa que aparece el 11 de noviembre de 1920 en "El País" hace mención a que "El señor Presidente Municipal ha hecho entrega de los diplomas de honor que obtuvieron en concurso de himnos a los maestros Gastón Guilleaux, Mateo Flores y Luis Villarreal".

En esta nota se deja claramente establecido, que se desconoce la participación del ganador, al no hacer mención al músico italiano César Manzoni. Es de esperarse la reacción de este músico, que en un amplio memorial exige al Concejo Municipal se le de una respuesta a esta inexplicable actitud, este memorial fue publicado in extenso el 23 de diciembre de 1920 por el periódico “El País”, el que en sus partes sobresalientes dice: MEMORIAL DE MANZONI"A principios del mes de setiembre último, fui llamado ante esa H. Corporación Edilicia, para que contribuyese a la solemnización de los festejos que se estaban preparando para solemnizar la fecha histórica del propio mes, habiéndoseme insinuado para tomar parte en el concurso de himnos que se debía efectuar el 23 del mes ya citado.

En ambos casos, concurrí con todo entusiasmo; para el primero organicé un concierto con cuatro bandas reunidas bajo mi dirección y a mi costa, concierto que se llevó a efecto con la colaboración patriótica de los maestros señores Genaro Fernández, Sixto Cosío, Víctor M. Ardaya y Ascencio García; para el segundo presenté a concurso el mismo himno que en fecha 25 de agosto último había escrito y dedicado al doctor Pablo E. Roca, en su alto cargo de prefecto y Comandante General del Departamento.

El Juri calificador de himnos, fue compuesto de los mejores elementos musicales que tenemos en esta capital, habiendo formado parte de él un notable músico extranjero residente en ésta. El Juri estuvo presidido por el conocido jurisconsulto y actual senador nacional electo, Dr. Ignacio Justiniano entonces presidente de la Corte de este Distrito.

Los votantes fueron diez. Los himnos presentados a concurso se ejecutaron en la plaza "24 de Setiembre", con varias bandas, en presencia del juri y una enorme concurrencia, y luego en los salones de la H. Comuna, se ejecutaron en piano, cantados a la vez por varios niños, siempre en presencia del mismo juri y de una selecta concurrencia que acudió al acto. Incontinenti, el juri respectivo, emitió su veredicto.

---Los maestros que tomaron parte en dicho certamen, fueron los siguientes: Mateo Flores (boliviano), Gastón Guilleaux (francés), Luis Villarreal (chileno) y el suscrito. Total cuatro. La votación pública dio este resutado: el de Mateo Flores, Un voto, el de Gastón Guilleaux fue calificado con cero, y el mío con nueve puntos, es decir menos uno de la totalidad de los votantes.

---Tengo conocimiento que el señor Mateo Flores retiró su himno después de la calificación, lo que conceptúo incorrecto; el señor Gastón jamás entregó un ejemplar del suyo al juri, lo que es más incorrecto; y el señor Villarreal después de haber obtenido un cero intempestivamente y en presencia del juri retira su composición, lo que juzgo aún más incorrecto. Pero en el N° 970 del interdiario "El País", de esta ciudad y de fecha 11 de los corrientes, se lee lo siguiente, refiriéndose a los himnos presentados ante el juri: "Diplomas de honor.

- El señor Presidente Municipal ha hecho entrega de los diplomas de honor, que obtuvieron en el concurso de himnos, de los señores Gastón Guilleaux, Mateo Flores y Luis Villarreal." Sin duda alguna la referencia que se acaba de copiar ha de ser errónea, pues no siéndolo creo que sería Municipalidad única en el mundo, para discernir diplomas de honor, a los sujetos que en certámenes como el que acabamos de referir, han obtenido Cero por el juri calificador; y también porque en todo el mundo civilizado es un reproche el no dar ninguna clase de aviso a los demás concursantes en manera escrita".

El extenso memorial de Manzoni hacía referencia a su amplia trayectoria musical y su reproche a la actitud municipal donde no mediaba la imparcialidad, lo cierto es que las fuentes documentales disponibles, después de presentado el memorial, no ilustran mayores datos del proceso judicial iniciado por Manzoni, ni tampoco el Municipio cruceño se pronunció al respecto, sólo que el himno con letra de Felipe Leonor Ribera y música de Gastón Guilleaux, quedó oficializado y actualmente constituye la melodía que identifica cívicamente, a esta región de la llanura grigotana.

Extractado de El Deber, (15/02/2003)

lunes, 15 de septiembre de 2008

Libertad


En mis cuadernos de escolar
en mi pupitre en los árboles
en la arena y en la nieve
escribo tu nombre.

En las páginas leídas
en las páginas vírgenes
en la piedra la sangre y las cenizas
escribo tu nombre.

En las imágenes doradas
en las armas del soldado
en la corona de los reyes
escribo tu nombre.

En la selva y el desierto
en los nidos en las emboscadas
en el eco de mi infancia
escribo tu nombre.

En las maravillas nocturnas
en el pan blanco cotidiano
en las estaciones enamoradas
escribo tu nombre.

En mis trapos azules
en el estanque de sol enmohecido
en el lago de viviente luna
escribo tu nombre.

En los campos en el horizonte
en las alas de los pájaros
en el molino de las sombras
escribo tu nombre.

En cada suspiro de la aurora
en el mar en los barcos
en la montaña desafiante
escribo tu nombre.

En la espuma de las nubes
en el sudor de las tempestades
en la lluvia menuda y fatigante
escribo tu nombre.

En las formas resplandecientes
en las campanas de colores
en la verdad física.
escribo tu nombre.

En los senderos despiertos
en los caminos desplegados
en las plazas desbordantes
escribo tu nombre.

En la lámpara que se enciende
en la lámpara que se extingue
en la casa de mis hermanos
escribo tu nombre.

En el fruto en dos cortado
en el espejo de mi cuarto
en la concha vacía de mi lecho
escribo tu nombre.

En mi perro glotón y tierno
en sus orejas levantadas
en su patita coja
escribo tu nombre.

En el quicio de mi puerta
en los objetos familiares
en la llama de fuego bendecida
escribo tu nombre.

En la carne que me es dada
en la frente de mis amigos
en cada mano que se tiende
escribo tu nombre.

En la vitrina de las sorpresas
en los labios displicentes
más allá del silencio
escribo tu nombre.

En mis refugios destruidos
en mis faros sin luces
en el muro de mi tedio
escribo tu nombre.

En la ausencia sin deseo
en la soledad desnuda
en las escalinatas de la muerte
escribo tu nombre.

En la salud reencontrada
en el riesgo desaparecido
en la esperanza sin recuerdo
escribo tu nombre.

Y por el poder de una palabra
vuelvo a vivir
nací para conocerte
para nombrarte
Libertad.

Paul Eluard.